Fascitis plantar. Síntomas y tratamiento
- Kine and Fit
- 6 jun 2017
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Fascitis plantar
Es una patología bastante frecuente aunque pocos saben de ella, es dolorosa y prolongada. Se da principalmente en jóvenes y adultos, en su mayoría deportistas como corredores, bailarines y gimnastas, pero también en trabajadores que carguen peso o deban caminar mucho.
La fascia plantar es un tejido conjuntivo fibroso conformado por tres porciones, que se originan en el proceso medial de la tuberosidad calcánea y se inserta en las falanges proximales, es decir, va desde el talón hasta el metatarso del pie, donde comienzan los dedos. Da soporte al arco plantar longitudinal y absorbe las cargas de impacto gracias a su capacidad de elongación con el contacto de la superficie.
Patología
La fascitis plantar es una lesión de microdesgarros e inflamación de la fascia plantar, se asocia principalmente a la edad, la cual limita la capacidad de flexibilidad del tejido y disminuye la absorción de cargas. Es frecuente en jóvenes deportistas, personas adultas con sobrepeso y obesidad, y en adultos mayores de 45 años asociado a caminar, estar mucho de pie o trabajo forzado. Es una lesión dolorosa y prolongada, de recuperación lenta inclusive con tratamiento.
La sintomatología clásica es tener rigidez y dolor, principalmente en la planta del pie y cercana al talón, que aumenta en los primeros pasos de la mañana o después de un periodo largo de inactividad física. El movimiento durante el día hace que poco a poco disminuya el dolor para aumentar nuevamente al finalizar el día.
Si sientes molestias al caminar, rigidez o pesadez en tu planta del pie y tienes un dolor punzante que no desaparece con los días en la región del talón y planta del pie, te recomendamos vayas con un especialista.
El médico diagnostica esta lesión con la historia clínica y sintomatología, generalmente no necesita de exámenes complementarios, aunque a veces es necesario descartar otras lesiones asociadas y para ello puede requerir radiografía, ecografía y/o resonancia magnética.
Tratamiento
Su intervención es esencialmente la realización de terapia física bajo la supervisión de un kinesiólogo, complementado con terapia ocupacional y nutrición. En algunos casos se llega a realizar intervención quirúrgica si el tratamiento conservador ha fracasado.
La terapia física constará principalmente de ejercicios y educación respecto al cuidado personal. El kinesiólogo le realizará y enseñará las diferentes elongaciones que debe realizar (enfocado en los grupos musculares afectados), masajes tanto en piernas como en planta del pie, movilizaciones articulares y neurodinámica si es necesario, colocación de vendaje funcional (k-tape) y el uso de fisioterapia como frío, ultrasonido y electricidad.
Se pueden utilizar órtesis nocturnas y plantillas para mejorar la funcionalidad y favorecer el estiramiento muscular, y se deben evitar los ejercicios de alto impacto, como correr o saltar; corregir hábitos, como la utilización de calzado inadecuado e incluso alimenticios si se tiene sobrepeso u obesidad.
Prevención
- Realizar un calentamiento previo al entrenar/trabajar, y una fase de enfriamiento al finalizar. Posteriormente dedicarle el tiempo necesario a la fase de elongación.
- Elongar de manera adecuada, específicamente en toda la cadena posterior de nuestras piernas, es decir, flexibilizar musculatura de glúteos, isquiotibiales, tríceps sural y planta del pie.
- No correr ni caminar en exceso si el calzado es inadecuado. Preferir zapatillas deportivas especializadas. No correr largas distancias o hacer deporte por tiempo prolongado si las zapatillas son nuevas.
- Mantener el peso controlado.
- Ser responsable con el trabajo de levantamiento de cargas y evitar el sobreentrenamiento de piernas.
- Evitar el uso de zapatos con taco y calzado con poca estabilidad.
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